Spanish + Canadian = Spanadian

Spanish + Canadian = Spanadian
Los inviernos canadienses son mundialmente conocidos por la nieve que cubre el suelo durante casi medio año

viernes, 23 de octubre de 2015

Nunca olvidar

Cuando las puertas del tren se cierran a mis espaldas, por encima del miedo, de los nervios y de la incertidumbre, un nuevo sentimiento se alza entre los demás: esperanza. Es tan sólo un breve instante, el tiempo que me lleva encontrar mi asiento, y luego me vuelvo a hundir. Más que nada porque a mi lado va un chico que tiene pinta de ser universitario, junto a sus amigos, que van delante nuestra. Están viendo fotos suyas en Santiago, y hablan muy bien de Galicia. Dicen que les da pena marcharse. Escuchando descubro que son madrileños que han hecho el Camino de Santiago. Entre lo bien que hablan de Galicia y el hecho de que, aunque no quieran, vuelven a su hogar, duele. Porque yo estoy en la situación opuesta. El chico que va a mi lado me ve llorar, y no dice nada, aunque por su cara sé que se pregunta qué me ocurre. A base de hablar con amigas por WhatsApp, se me pasa el disgusto y se acaba la batería del móvil.
Algo antes de llegar a Madrid, empiezan los nervios. El resto de los Spanadians gallegos y de la zona de Castilla por la que hemos pasado, están a once vagones de distancia. No puedo dejar desatendidas las maletas para buscarlos, y me da miedo no encontrarlos en la estación. Al bajar del tren, el bochorno madrileño y la masa de gente moviéndose no me dejan respirar, y empiezo a tener miedo de perderme. Sigo la dirección que me obligan los mares de personas y maletas, buscando a ese alguien de camiseta roja de Red Leaf que, se supone, nos viene a recoger. De algún modo, la encuentro, junto a un par de rostros que reconozco y otro par que no me suenan. Subimos a un autobús donde ya hay unas veinte personas de otros sitios del norte esperándonos. Todos nos miran fijamente, supongo que buscando el parecido con las fotos de perfil de WhatsApp. Hablamos poco de camino al hotel, y los de Red Leaf bromean diciendo que cómo se nota que somos del norte. 
Esos dos días en Madrid fueron una agradable pausa donde colocar ideas y sentimientos en su sitio. Hice amigos que espero volver a ver algún día, y me guardo en la memoria varios consejos útiles. 
El aeropuerto de Madrid es el mayor caos que he visto nunca. Me cuesta más entender a la gente que en el aeropuerto de Toronto, pero no por el idioma, sino porque están cansados y no se explican bien. En el control de maletas de mano ven algo raro en mi mochila y le pasan una tira de papel detectora de drogas y no sé qué más. Me da la risa de lo cansada que estoy y el guardia me lanza una mirada asesina. Cuando da resultado negativo, me vuelvo a reír mientras cojo la mochila. En el avión, les toca a muchos Spanadians juntos, pero a mí, al igual que en el tren, separada. Del lado de la ventana veo como despegamos, emocionada, feliz. Casi doy saltos de alegría, pero el chico que tengo al lado parece lo contrario. Parece estar triste. Le echo unos treinta años, quizá algo menos. Me pregunta si vamos de excursión a Canadá (vamos casi 80 adolescentes con la misma camiseta en el avión) y le explico que vamos con una beca a estudiar primero se bachillerato. Me pregunta de dónde soy, y le digo que de Lugo. "No estamos tan lejos, entonces", dice. Él es de Oviedo. Sin darme cuenta de lo triste que se le ve, le pregunto si va a Canadá de vacaciones. "No", dice al cabo de unos segundos. "Voy a Toronto a trabajar. Estuve en España de vacaciones". Siento mucha pena por él, más aún cuando, al pedir un café a la azafata, compruebo que tiene muy buen acento. Debe de llevar varios años en Canadá, y me imagino a su familia, a sus amigos, a todo lo que deja atrás. Me da bastante más pena que mi propia situación. Yo voy porque quiero, para aprender inglés, y volveré en diez meses. Él va por necesidad, no tiene otra opción. Sin embargo, se interesa por quién paga nuestras becas, si somos de toda España... Se ve que se alegra por nosotros. Cuando el avión aterriza, unas ocho o nueve horas después, se me olvida decirle que le vaya bien, que sea leve, o lo que quiera que se diga en esa situación. Aún hoy me reprocho tener tan mala memoria.

Ayer fue la fiesta de Halloween de internacionales. Nunca antes había celebrado Halloween, y diciendo que me lo pasé bien dejaría de lado a Max y su premio al mejor disfraz, a Camille y su disfraz de máquina dispensadora de chicles, a Tom y Sebastian en vaqueros en medio de la fiesta y sin bailar como si se hubieran perdido, a Mitch y su cámara que nunca suelta, a los colombianos que no dejaban de bailar, a los italianos poniendo música que nadie conocía, y a los mexicanos poniendo música famosa en español. Diciendo que me lo pasé bien olvidaría demasiados detalles inolvidables, pero nunca tendría tiempo para hablar de todos ellos. Confío en que permanezcan en mi memoria, y ningún otro recuerdo me haga olvidarlos.
A veces tengo miedo de olvidar. Olvidar todo lo bueno que encuentro en Canadá y creer que no tiene sentido estar aquí. O peor aún, olvidar lo bueno que dejo en España y no querer volver. Estoy empezando a hacer amigos canadienses. La primera semana ya me empecé a llevar con internacionales, pero prefiero conocer a gente del país. El jueves me pasé toda la clase de matemáticas hablando y haciendo el tonto con Myra, a quien ya conocía desde hacía tiempo pero con la que nunca había hablado tanto antes. Al final del día, me entristeció saber que cuando acabara el curso nunca más la volveré a ver. Sé que yo no la voy a olvidar. Espero permanecer en su memoria.

  "Se estaba despidiendo y ni siquiera lo sabía".
                    La ladrona de libros, Markus Zusak

5 comentarios:

  1. No se decir el sentimiento de curiosidad y pena que siento por ti ( y por el chico de oviedo )

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  2. No se decir el sentimiento de curiosidad y pena que siento por ti ( y por el chico de oviedo )

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  3. Maria, que hermoso cuadro has pintado en nuestras mentes.
    Te felicito, es tan lícito echar de menos como echar de mas. Esta experiencia maravillosa formará parte de ti estés donde estés y cada una de las almas que la pueblan son grandes porque tu los haces así. Tu los escojes para formar parte de tus recuerdos...Que orgullosa estoy de tu manera de ver y vivir la vida. Que valiente eres....En la era de los pillos, los flojos, los listillos, los guays....es complicado mantenerse con unos sentimientos tan hermosos como intensos y aguantar el pulso de la necedad.
    Que bellísima mujercita, por dentro y por fuera.
    Bicoxxx desde este rincón del mundo, que siempre estará aquí para ti. No tengas prisa.

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  4. Maria, que hermoso cuadro has pintado en nuestras mentes.
    Te felicito, es tan lícito echar de menos como echar de mas. Esta experiencia maravillosa formará parte de ti estés donde estés y cada una de las almas que la pueblan son grandes porque tu los haces así. Tu los escojes para formar parte de tus recuerdos...Que orgullosa estoy de tu manera de ver y vivir la vida. Que valiente eres....En la era de los pillos, los flojos, los listillos, los guays....es complicado mantenerse con unos sentimientos tan hermosos como intensos y aguantar el pulso de la necedad.
    Que bellísima mujercita, por dentro y por fuera.
    Bicoxxx desde este rincón del mundo, que siempre estará aquí para ti. No tengas prisa.

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    1. Vaya... Muchas gracias Marta. Me has dejado sin palabras

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