Spanish + Canadian = Spanadian

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Los inviernos canadienses son mundialmente conocidos por la nieve que cubre el suelo durante casi medio año

domingo, 15 de noviembre de 2015

Una semana, mil recuerdos

Salut.
Hago una breve reverencia con la cabeza, acompañado por un pequeño movimiento de espada, siguiendo las normas del reglamento.
En garde. 
Me pongo la máscara, que a duras penas doy abrochado sin enganchar el velcro en el pelo. Soy diestra, pero mi mano derecha sostiene la espada, y la izquierda es bastante imprecisa. Respiro hondo y asiento con la cabeza.
Allez.
Empiezo a avanzar, cauta pero decidida. Nunca ataco primero, prefiero esperar pacientemente una oportunidad. Estudiar al rival es la clave de la victoria, aunque a veces cueste contenerse. Debo olvidar que la persona que tengo delante, oculta tras una máscara como la mía, es Luca, mi amiga. Ahora mismo es un oponente cualquiera, con una espada en la mano, y tantas ganas de vencer como yo. Ahora mismo, es una amenaza.
Luca ataca primero, pero interpongo mi espada a tiempo, iniciando un contraataque que ella bloquea. Las dos retrocedemos, analizándonos inconscientemente. Ella avanza de nuevo, perdiendo la paciencia. Es algo que he ido aprendiendo a lo largo del curso sobre Luca. Puede ser tímida, inteligente y rápida, pero lo que no le sobra es paciencia. Yo la estaba esperando, algo de lo que probablemente se da cuenta cuando ya es demasiado tarde. Golpeo su espada y, en el mismo movimiento, lanzo una estocada que da en el centro de su torso. Suena un pitido y al mirar a mi derecha compruebo como la luz roja se ilumina de mi lado. Primer punto. No tengo ni de lejos asegurada la victoria. Son cinco puntos para ganar, el juego continúa.
Combatiendo contra las mismas personas semana tras semana, aprendes tanto de tu estilo como del suyo. A veces te metes tanto en el papel, que al lograr un punto tú o tu adversario, el pitido casi te asusta, te saca de golpe del estupor. Con el paso del tiempo aprendes que lo que hace que venzas en la esgrima es más que nada experiencia. Cada persona tiene su estilo pero al fin y al cabo todos se parecen, son clasificables, a veces hasta predecibles. Solo llevo dos meses con este deporte y ya se ha convertido en mi favorito. Lo siento por el atletismo, lo siento por el piragüismo, pero esto es único. Quizá sea solo la novedad, y en unos meses se vuelva aburrido. O puede que llegue a gustarme más todavía. Creo que es una de las pocas cosas que me gustan del futuro: está lejos, invisible, indefinido, y puedes soñar con la forma que tendrá por muy poco que se parezca a lo que algún día sea.
Me las arreglo para conseguir el segundo punto de la partida. Voy ganando 2-0. No me confío, si algo sé de la estrategia de Luca es que se le dan muy bien las remontadas. Punto a punto, llegamos a un 4-4. Quien consiga el siguiente punto, gana. No tengo miedo, sé lo que tengo que hacer. Si lo consigo, habré ganado, si fracaso, aprenderé de mi error. De algún modo, consigo ese último punto. Cuando la punta engomada de mi espada choca contra la chaqueta de Luca, ella se queda paralizada, como si no se esperara mi ataque, y probablemente fuera así. He ganado.
Mi siguiente rival es profesora en Grado 6 en el colegio de primaria de Bridgewater. El año pasado les dio clase a Max y a Sophia. Es rápida, pero no tiene muy buena puntería. A pesar de sus certeros ataques, muchas veces falla en la defensa. Solo tengo que aguantar la presión de su insistencia hasta que deje su cuerpo lo bastante desprotegido para atacar. El resultado: 5-4. Vuelvo a ganar.
La última persona a la que me enfrento tiene un año menos que yo y viene a mi instituto. Es tímida tanto en persona como en la esgrima. Le cuesta atacar, y no se le da demasiado bien defenderse, aunque en las últimas semanas ha mejorado mucho. Sin embargo, de poco le sirve, pues vuelvo a ganar, esta vez 5-2.
Cuentan los puntos, y parce ser que... he ganado. Aunque no nos enfrentamos todas contra todas, soy la única que no ha tenido ni una sola derrota. La medalla tiene hojas de arce rojas, como las de la bandera de Canadá, a lo largo de la cinta. En la parte se atrás de la placa, dice "Women's open foil". Uno de los monitores, el más mayor, dice que lleva cuarenta años practicando esgrima y nunca ha ganado una medalla. "Y tú, en dos meses, ya has ganado una. ¿Cómo lo haces?". Me encojo de hombros y respondo: "Suerte, supongo".

El día siguiente, el miércoles, era Rememberance Day. Es un día en que recuerdan a todos los soldados canadienses que murieron en las guerras mundiales y que siguen muriendo hoy en día en otras guerras. Hubo un desfile, y juro que nunca antes había visto tantas banderas de un mismo país juntas. Dijeron los nombres de todos los soldados procedentes de Bridgewater que han muerto defendiendo su país. Les llevó mucho tiempo decirlos todos, y a veces eran dos seguidos con el mismo apellido, lo que hace pensar, acertadamente, que eran hermanos. A pesar del frío, al evento acudieron más de 3.000 personas. Bridgewater no tiene más de 8.000 o 9.000 habitantes. 
Por la tarde, fui a nadar con unas amigas al LCLC (Lunenburg County Lifestyle Center), donde están las piscinas, el rink de hockey y patinaje y la biblioteca. Por algún motivo relacionado con el hockey, se canceló el patinaje durante todo el fin de semana. Esta semana ha sido la primera en que no he ido a patinar.

El jueves fuimos al cine a ver The Martian y a cenar fuera. Creo que nunca antes había pasado una tarde entera con mis amigos en mitad de la semana cuando al día siguiente hay clase. Cenando, jugamos a un juego que consiste en decir dos verdades y una mentira sobre ti, y el resto de la gente tiene que adivinar cuál es mentira. Aprendes muchas cosas sobre los demás y descubres cuánto saben ellos de ti. 

La semana que viene nos dan las primeras notas del curso: el informe de mitad del semestre. No creo que esté nada mal, pero tampoco tan bien como me gustaría. No me preocupa, todavía tengo medio semestre para mejorar.



"Is there life after death?" the child asked me that night.
I shrugged my shoulders and answered:
"Is there life before death?"
     Unlucky good people, my English essay

-¿Hay vida después de la muerte? -me preguntó el niño aquella noche.
Me encogí de hombros y contesté:
-¿Hay vida antes de la muerte?
     Unlucky good people, mi redacción de inglés

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