Spanish + Canadian = Spanadian

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Los inviernos canadienses son mundialmente conocidos por la nieve que cubre el suelo durante casi medio año

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La vida es sueño

Y el mayor bien es pequeño
Que toda la vida es sueño
Y los sueños
Sueños son.
                         Calderón de la Barca
                         La vida es sueño


La solemnidad de la calle tan solo se ve interrumpida por el leve movimiento de las banderas de Canadá y Nova Scotia que decoran la fachada de casi todas las casas. Algún coche pasa de vez en cuando, y el constante zumbido de los grillos ya forma parte del decorado de este tranquilo vecindario. El sol de septiembre aún calienta bastante, sobre todo a esta hora del día. Me acerco la mano izquierda a la cara y compruebo que el olor aún permanece. Es un olor a recuerdos, un olor familiar y desconocido, un aroma agradable pero no muy natural. No puedo evitarlo y sonrío.
Creo que la razón por la que nos tienen de evento en evento es porque en estos días, cuando la magia de la novedad ha pasado, nos va a dar el bajón. Canadá deja de parecerte el paraíso y echas de menos tu hogar. Creo que a mí me pasó la semana pasada, pero duró poco. Me recuperé cuando supe sobre la excursión a White Point, donde por fin conocí al otro español de mi instituto. Era muy frustrante que todos los internacionales menos yo lo conocieran. Más tarde entendí por qué: es un año más pequeño que yo y sus clases coinciden en lugares opuestos. Sin embargo, ahora soy consciente de cuándo me lo cruzo en los pasillos. A él le pasaba lo mismo, todo el mundo le hablaba de la otra española y él no tenía ni idea. A mí me dieron un nombre, Juan, y se quedó en un nombre sin rostro. A él le dieron una descripción, y se quedó en una cara sin nombre. Ahora, cuando me lo cruzo en el instituto y me dice algo en español, se me cruzan los cables y me cuesta cambiar de idioma. Supongo que es lo normal los primeros días. 
Hoy he aprendido que después de quince días escuchando diariamente el himno de Canadá por las mañanas, se te puede olvidar de dónde eres. Pues al pintarme la bandera de España en la mano, en vez de recordarme a mi país me recordaba a una especie de sueño, largo y tedioso, de una noche de verano. Recuerdo cuando Canadá solo era eso, un sueño, y me cuesta aceptar que en eso se ha convertido mi pasado. Pero los sueños parecen ser verdad hasta que despiertas. Supongo que sabré qué es real cuando se acabe mi aventura canadiense y vuelva a lo que debería llamar hogar.
Como ya he explicado, esto es un no parar. Hoy he ido al cine con un montón de internacionales de mi instituto y de Park View, el otro instituto de Bridgewater. El jueves es el baile del instituto, por favor, matadme. Me he comprometido a ir y no me apetece nada. Aunque el viernes sea festivo. Lo que en verdad estoy deseando es que llegue el viernes por la tarde para ir a patinar. De lunes a jueves solo se puede patinar por la mañana; el resto del día hay entrenamientos de hockey. Estoy deseando volver al hielo y caerme una y otra vez, como el viernes pasado, por intentar hacer trucos que desconozco. Es parte de su encanto, acabar con el culo mojado.
En quince días he aprendido a distinguir a  coreanas, chinas, japonesas y tailandesas. No solo eso, ¡hasta las distingo a unas de otras! El primer día era un gran reto, pues a mí las asiáticas siempre me parecieron todas iguales. Ahora veo que no lo son, y esas pequeñas diferencias entre unas y otras me parecen ahora muy sencillas de ver.
Siento el desorden, esto se está convirtiendo en un rompecabezas difícil de construir. Tengo poco tiempo libre y cuando me pomgo a escribir, no miro la frase anterior. Ayer me pinté la bandera de España en la mano para plasmarla en un papel, poner mi nombre y poco más. Pretenden colgarlo por el instituto para que la gente sepa quiénes somos los internacionales. Se me hizo raro ver a todos aquellos chicos y chicas de países tan lejanos con una bandera diferente pintada en la mano. Creo que es porque me había hecho a la idea de que éramos iguales, internacionales en la misma situación, que daba igual de dónde viniéramos porque todos llegamos al mismo destino. Estaba equivocada. Cuando se juntan las japonesas, no dudan en hablar japonés. La belga y la alemana viven con la misma familia y todo el tiempo que pasan juntas hablan alemán. También a mí me pasa lo mismo, y cuando me encuentro con Juan por los pasillos hablo con él en español. A veces hasta echo de menos el gallego; me pregunto si él echará en falta el catalán. Ninguno de nosotros, seamos del continente que seamos, queremos olvidar quiénes somos. No rechazamos nuestra identidad, pero sé que en poco tiempo empezaremos a distanciarnos. Nos dijeron que lo mejor era hacer amigos canadienses, y poco a poco buscaremos amistades de este país. Unos antes, otros después, me pregunto quién será el último.
Los planes de Navidad se han venido abajo. No iremos a Montreal, ni a Otawa ni a Toronto, ni a pasar aquella semana en noviembre en Las Bahamas. Pero me han ofrecido una alternativa que creo que me gusta todavía más. Desgraciadamente, no puedo decir nada hasta que sea seguro, como no dije nada de que me iba a Canadá hasta que todo fue oficial. Espero que todo salga bien, porque este es un viaje que he querido hacer toda mi vida.
Dos meses después, todavía me sorprende lo bien que se ven las estrellas con las lentillas. Han dejado de ser manchas borrosas para convertirse en círculos perfectos. Y la luna, cómo olvidarla. Lo bien que se ve desde un pueblo con poca contaminación lumínica. El reflejo del cielo en el río le da un toque sofisticado y mágico al pueblo de los mil y un puentes. Creo que no lo he mencionado todavía: Bridgewater se llama así porque el pueblo está dividido por un río sobre el que han costruido un montón de puentes. A veces me pregunto si el cielo se verá igual desde Europa. Me pregunto si alguien algún día se quedará mirando las estrellas preguntándose si se verán igual desde América. Y me gustaría poder contestarle, decirle que sí, que vayas donde vayas nunca perderán su belleza. Me gustaría decirle a ese nadie en ese día que nunca llegará, que todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos los mismos horizontes.

4 comentarios:

  1. Me encanta tu manera de escribir ,no sólo te hace pensar, si no que te hace hasta ver con tu imagen particular lo que vives en ese momento ,pero creo que cualquier imagen que me haga no será tan emocionante como lo que debes sentir tu.PASATELO GENIAL (live your experince ) escrito por tu preciado hermano

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  2. Me encanta tu manera de escribir ,no sólo te hace pensar, si no que te hace hasta ver con tu imagen particular lo que vives en ese momento ,pero creo que cualquier imagen que me haga no será tan emocionante como lo que debes sentir tu.PASATELO GENIAL (live your experince ) escrito por tu preciado hermano

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    1. Oooooohhh muchísimas gracias enano, espero que tú también tengas un año fantástico. Muchos besos desde este lado del océano 😙

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  3. Me encanta tu experiencia....y más aún como la escribes!!!

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