Spanish + Canadian = Spanadian

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Los inviernos canadienses son mundialmente conocidos por la nieve que cubre el suelo durante casi medio año

jueves, 16 de junio de 2016

Cómo no enseñar historia y otras historias divertidas

En invierno, había días en que hacía tanto frío que no se aguantaba fuera. Si no tenía esgrima o hockey o algo así, del colegio a casa, de casa al colegio. En esos días solía hacer planes para la primavera. Recuerdo mirar al 30 de junio como un futuro lejano, improbable, casi imposible. Como si en vez de pensar en "cuando me vaya", la cuestión fuera "si me voy". En dos semanas me voy. En dos semanas estaré de vuelta en España. Es la sensación más controvertida que he tenido nunca. Nunca lo menciono, pero en cierto modo echo de menos a mis amigos, a mi familia, a mi tierra en general. A mi manera, no lo reconozco, pero no me deprime lo más mínimo volver a Galicia. No, lo que me entristece es dejar Canadá. Es imposible tener ambas cosas, lo sé, por eso duele.

Mañana es el último día de clase. Después, tengo exámenes el viernes, el lunes y el miércoles. Tengo organizados o estoy organizando montones de actividades para la última semana. No sé si lo hago porque es la última oportunidad para hacerlo o porque quiero mantener la mente ocupada y no pensar en el 30 de junio. También hago planes para el verano, asegurándome de que no pierdo el tiempo en mi último verano en edad escolar, mi último verano antes de cumplir 18. Pero bueno, antes de cumplir 18 tengo que cumplir 17, el día después de aterrizar en España.

Luca, Isaure y yo tenemos un nuevo pasatiempos. A veces, cuando vamos caminando a algún sitio y no surge ningún otro tema de conversación, hacemos planes, el tipo de planes que probablemente nunca se cumplan. "Planeamos" reencontrarnos en Italia en tres o cuatro años. Isaure y yo llegaríamos en avión, y Luca iría en coche (el coche que su abuela le prometió para su decimoctavo cumpleaños) y así tendríamos medio de transporte por el país. Después de las dos semanas juntas en Francia que ya son una realidad para este verano, planeamos hacer el Camino de Santiago (Luca quería hacerlo desde Múnich hasta que se dio cuenta de que le llevaría medio año y se conformó con la frontera entre España y Francia), una visita a Lugo, Múnich y París, esquiar en Andorra... Probablemente llevemos al cabo la mayor parte de ellos, pero en un futuro algo lejano. De eso se trata, de seguir en contacto año tras año, tanto tiempo como podamos. 

Hace casi diez años, por el día del árbol planté un pequeño abolito en nuestra finca. Parecía tan frágil... Durante meses, comparé su altura con la mía, hasta que me superó. Y siguió creciendo, metros y metros hacia el cielo. Siempre me olvidaba del nombre de la especie de árbol, no me parecía importante. El verano pasado descubrí que se trataba de un arce. El arce es el símbolo de Canadá. La bandera de Canadá tiene una hoja de arce roja en el medio. Aquí, la mayoría de los árboles son o arces o pinos. Vaya coincidencia...

Cuando estuve en Londres, hace dos años, esos mismos días mi host mother estaba allí. Puede que me la haya cruzado por la calle, sin caer en la cuenta de que la próxima vez que la viera, sería en Canadá. Mis host parents se conocieron en España, en un curso de español, el mismo año que yo nací. Les encanta la historia, sobre todo los romanos, y ya han planeado una visita para Arde Lucus el año que viene. Una de mis mejores amigas vive en el centro de París, probablemente pasara en frente de su casa cuando estuve en la ciudad, sin pensar en las grandes experiencias que viviría a su lado. Mis padres llevaban algún tiempo queriendo visitar Alemania, y a mí nunca me convencía. Puede que estuviera esperando a conocer a mi otra mejor amiga y tener a alguien a quien visitar en Múnich. También gané un concurso de relatos cortos con una historia basada en Alemania, un país en el que nunca había tenido ningún interés. El país del que vendrían mi host father y mi mejor amiga. Lo que cambian las cosas en un año...

Hoy, 16 de junio, es un día un tanto especial. Cierto enano que ya debe de ser de mi misma altura cumple 14 años. No estoy ahí para tirarte de las orejas, pero ya tendré la oportunidad en dos semanas. Feliz cumpleaños, David.

Tras esta breve interrupción de mi deber como hermana mayor, vuelvo a mi deber como estudiante internacional. Envié a mi casa, la de España, una caja con la ropa de invierno y los patines. No me he atrevido a meterlo todo en la maleta y luego pesarla para ver si voy bien de espacio, porque me deprime el simple hecho de ver una maleta. Lo que no quepa en la maleta quedará atrás. A veces me gustaría poder llevarme mi habitación entera. Otras veces querría volver con las manos vacías, para que nada me recordara a Canadá. Sé de sobra que ninguna de las dos opciones es viable.

Durante el semestre, Luca, Isaure y yo hemos recolectado frases graciosas del profesor de historia. Las juntamos en un documento y acabamos con un libro de 13 páginas, llamado How not to teach history and other funny stories (Cómo no enseñar historia y otras historias divertidas). Mr Stewart es el profesor más gracioso que he tenido nunca. A veces dice cosas que no tienen nada que ver con el tema, otras veces la forma en que explica hechos históricos es simplemente desternillante. No sabría explicarlo, así que me voy a limitar a mencionar un ejemplo, uno de mis favoritos. Hace un par de semanas, explicando la situación de Europa antes de la Segunda Guerra mundial:

"So Hitler being Hitler sits on the table and says 'Hey yo, I'm taking Czechoslovakia' and everybody else was like 'Oh, no, you Hitler with your brown uniform and your fancy moustache... yeah, sure, take Czechoslovakia'." Andrew Stewart

"Así que Hitler siendo Hitler se sienta a la mesa y dice 'Hey, voy a invadir Checoslovakia' y el resto del mundo estaba en plan 'Oh, no, Hitler, tú con tu uniforme marrón y tu bigote extravagante... sí, sin problema, quédate Checoslovaquia'." Andrew Stewart

1 comentario:

  1. Gracias enana dentro de poco 😘😘😘 tengo la sensación d q t vas a volver a Canadá para estudiar allí

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